Educación para adultos.

La educación para adultos es la que se destina a la población de 15 años y más que no ha cursado o concluido los estudios básicos. En 1921, alrededor de dos tercios de los adultos mexicanos no sabían leer y escribir; hoy en día la tasa de analfabetismo ha disminuído aproximadamente un 10 por ciento, aunque la población del país creció más de seis veces en ese lapso, los años de estudio de los mexicanos han aumentado constantemente.

El objetivo de la educación, es unir a la sociedad y transmitir el conocimiento, ya se por medio de la práctica o de la experiencia. La educación, no es un proceso limitado a la etapa infantil, el rezago educativo y cultural en nuestro país requiere de la educación y transmisión de conocimientos a personas adultas.

La lecto-escritura es un recurso de gran valor para la estructuración del pensamiento. La alfabetización es un bien social de la mayor importancia del cual dependen muchos otros. El analfabetismo y también la escasa escolaridad limitan las posibilidades del individuo para mejorar sus condiciones de vida, contribuir al desarrollo de su comunidad y desenvolverse exitosamente en una sociedad en constante transformación. Este rezago en la educación, a su vez, frena al desarrollo del país.

Los tiempos actuales, con su acelerado desarrollo tecnológico y sus procesos de transformación permanente en los diversos ámbitos de la vida social, política y económica, exigen una formación continua a lo largo de la vida de las personas. La carencia de habilidades fundamentales como la lectura, la escritura y el ejercicio de las matemáticas dificultan todo proceso de educación posterior y minan la capacidad de las personas para enfrentar las diversas circunstancias de la vida. En tales condiciones, se torna prioritario que toda la población adquiera dichas destrezas esenciales, algunas de la cuales ciertamente pueden lograrse mediante procesos informales, mismos que la educación deberá reconocer y valorar para generar nuevos aprendizajes.

La educación para adultos comprende diversos programas y acciones educativas, entre los que destacan la alfabetización, la educación primaria y secundaria, la formación para el trabajo y la educación comunitaria. La Ley General de Educación establece que las autoridades federales están facultadas para prestar a los adultos servicios educativos que, en el caso de los niños y jóvenes, corresponden de manera exclusiva a las autoridades locales.