Elecciones Europeas
Las reformas de Schröder afrontan un voto de castigo en
las urnas
El SPD intenta colocar la guerra de Irak en el centro de
su campaña
JOSÉ COMAS - Berlín
EL PAÍS | Internacional - 04-06-2004
El canciller federal Gerhard Schröder, de 60 años, y su
Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) han convertido la
paz y su acierto al oponerse a la guerra de Irak en tema
central de su campaña a las elecciones al Parlamento Europeo.
No parece que el esfuerzo de Schröder y el SPD de desviar
hacia esas cuestiones la atención del electorado, para hacer
olvidar la impopularidad de la política social y económica del
Gobierno, vaya a tener éxito.
Los últimos sondeos registran una caída de la intención de
voto al SPD hasta un 26%, muy por debajo del 45% de la
Democracia Cristiana (CDU / CSU), 14% de Los Verdes, 6% de los
liberales (FDP) y un 5% de los poscomunistas del Partido del
Socialismo Democrático (PDS).
En Alemania no se advierten indicios palpables sobre la
celebración de unas elecciones dentro de poco más de una
semana, el 13 de junio. Sólo los carteles en las calles y las
cuñas de propaganda de los partidos, de obligada inserción en
la televisión pública. Si no fuera por incidentes aislados en
actos electorales, como la bofetada que un maestro en paro
propinó al canciller Schröder o el tirón de orejas y sopapo al
dirigente liberal Guido Westerwelle a cargo de una vecina de
mesa, las elecciones europeas pasarían por completo
inadvertidas.
Todo esto invita a pronosticar que se producirá una abundante
abstención. El electorado alemán es consciente de la escasa
importancia política del Parlamento Europeo (PE), al que los
medios de comunicación alemanes de gran tirada presentan como
una guarida de políticos dedicados a la rapiña de suculentas
dietas. Desde las primeras elecciones se ha considerado en
Alemania el PE como un refugio para políticos con los que no
se sabía qué hacer. De aquellos días data el eslogan, con rima
en alemán, "Si tienes un opa
, mándalo a Europa".
El canciller Schröder y el SPD han convertido la paz en el eje
de su campaña con cartelones con un mensaje muy simple: "SPD,
fuerza de paz". A esto se añaden las alusiones en los mítines
a lo que habría ocurrido si los democristianos hubiesen ganado
las elecciones generales en septiembre de 2002 cuando se
encontraban en pleno fervor pronorteamericano y acusaban a
Schröder y al SPD de romper la sacrosanta alianza con EE UU,
"el país que liberó a Alemania del nazismo y nos apoyó frente
al comunismo durante la guerra fría".
Los papeles de estrategia electoral del SPD dejan claras las
intenciones: "La posición de Alemania en la cuestión de Irak
fue y es tan correcta como su activo compromiso para asegurar
la paz. Las dos cosas juntas han incrementado de forma
significativa el peso y la imagen de nuestro país en la
política internacional. El que quiera que toda Europa sea una
fuerza de paz en el mundo tiene que fortalecer la posición del
Gobierno federal y votar SPD el 13 de junio".
De hecho, poco más que su tino en política exterior puede
ofrecer Schröder al electorado. La economía no acaba de
despegar y lleva ya tres años estancada; las cifras de paro se
mantienen en torno a los 4,5 millones; Alemania se sume en el
déficit e incumple los criterios de convergencia que exige la
Unión Europea y las reformas que puso en marcha el Gobierno
SPD-Verdes de los sistemas de seguridad social, con recortes a
los jubilados y en las prestaciones de la sanidad, son muy
impopulares. El otro lema central de Schröder y el SPD es "Por
un futuro justo", es decir, la afirmación de que con el
programa de reformas se hará justicia a las generaciones
venideras.
Según todos los indicios demoscópicos, en estas elecciones
pesará mucho más el descontento con la política social que el
acierto del Gobierno SPD-Verdes al oponerse a la guerra de
Irak y a la política de Washington, aunque esta firmeza de
Schröder ante EE UU haya devuelto a muchos alemanes la
autoestima y les haya quitado la sensación de ser un país
castrado por una hipoteca del pasado que parecía imposible de
cancelar. Schröder se encuentra embarcado en un ritmo
frenético de viajes al extranjero.
La revista Stern de esta semana dedica al tema un reportaje
titulado "Schröder Tours" y registra que desde el 1 de enero
del año pasado hasta finales de junio, el canciller habrá
realizado 67 viajes al extranjero. Al mismo tiempo, Schröder
recorre Alemania, abraza a viejecitas, come salchichas y se
fotografía con todo el que se le cruza por delante en un
intento de ofrecer una imagen cálida frente a la fría
dirigente democristiana Angela Merkel, de 49 años. Resume
Stern: "Al haberse enfrentado a Estados Unidos por la guerra
de Irak, la gente se siente más protegida en sus ansias de paz
que con la mujer de la CDU. Salchichas y paz apuntan
directamente al alma alemana".
El asesor demoscópico de Schröder, el director del instituto
Forsa Manfred Güllner reconoce: "La coalición de gobierno saca
a relucir el tema de la paz porque no tiene nada que pueda
llevar a las urnas a los votantes rojos y verdes".