« Parler de l’Irak et de la crise »

Elecciones Europeas

Berlusconi plantea las elecciones europeas como un

plebiscito sobre su gestión

La guerra de Irak y la crisis económica centran los

debates de la campaña en Italia

ENRIC GONZÁLEZ - Roma

EL PAÍS | Internacional - 03-06-2004

Italia está llena de vallas publicitarias con el rostro de

Silvio Berlusconi, sonriente y rejuvenecido por el cirujano.

Nadie ha invertido tanto en propaganda como Forza Italia, es

decir, el propio Berlusconi, cuya fortuna personal permite

cualquier gasto. La campaña de las elecciones europeas y

municipales tiene a Il Cavaliere como protagonista estelar:

encabeza todas las listas de Forza Italia y, de hecho, plantea

la votación de los días 12 y 13 de junio como un referéndum

sobre su gestión al frente del Gobierno. La guerra de Irak y

la crisis económica italiana constituyen los temas de debate.

Europa es sólo el telón de fondo.

El aspecto referendario de la votación es aceptado por todos.

La oposición pide el voto contra Berlusconi. Éste, a su vez,

reclama apoyo para proseguir con unas reformas siempre

pendientes, pero siempre a punto de realizarse. La famosa

rebaja de impuestos que prometió en las generales de 2001 se

hará por fin, dice Berlusconi, a vuelta de vacaciones. El

interés del presidente del Gobierno por los asuntos europeos

se refleja en uno de los cartelones con que ha inundado calles

y carreteras: "Iniciadas obras públicas por valor de 93

billones de liras". Da igual que la ley exija todos los

precios en euros. De todas formas, la mayoría de esas obras

públicas existen solamente sobre el papel o son una simple

primera piedra.

Las elecciones italianas suelen ser complejas, y las de este

mes lo serán especialmente. Primero, porque concurren muchas

listas a las europeas (1.586 candidatos en total, teniendo en

cuenta que algunos, como Berlusconi, lo son por las cinco

circunscripciones y, evidentemente, no tienen intención de

mudarse a Bruselas). Segundo, porque se renovarán 4.530

consejos municipales, y 63 presidencias provinciales. Y,

tercero, porque, dada la multiplicidad de resultados, la

interpretación del voto podrá ajustarse a todas las

necesidades.

Berlusconi reclama el voto para su persona y lo define como

"el único voto útil". "No votéis a los partidos pequeños",

dijo el sábado, en referencia a Alianza Nacional, Liga Norte y

Unión de Centro, sus aliados. La frase provocó el enésimo

ataque de furor entre sus socios, temerosos de que Il

Cavaliere salga reforzado y les ningunee todavía más. A juzgar

por los sondeos, aún enmascarados por un 30% de

abstencionistas y un 20% de indecisos, lo más probable es que

Berlusconi salga relativamente bien parado, y sus aliados ven

aún más reducida su influencia en la coalición Casa de las

Libertades.

Alianza Nacional perderá votos en favor de las listas de Llama

Tricolor y Alessandra Mussolini, de puro pedigrí neofascista.

Y la Liga Norte está pendiente de los males de su líder

carismático, el gran ausente de la campaña pese a encabezar la

candidatura. Bossi, víctima de una crisis cardiaca con

repercusiones cerebrales, está hospitalizado desde el 11 de

marzo.

Salvo grandes sorpresas, el centro-izquierda obtendrá la

victoria. Los analistas de la firma de sondeos Ispo consideran

que el centro-derecha se situará en torno al 42%, y el

centro-izquierda rondará el 47%, aunque advierten que el

margen podría ser menor. En cualquier caso, para las listas de

Forza Italia y Berlusconi, el límite entre victoria y derrota

está establecido en el 20%. Y parece probable que supere esa

cota. Pese al desgaste, Forza Italia puede seguir siendo el

mayor partido italiano.

Gran parte del mérito, en ese caso, correspondería a la

oposición, cuyos dos principales partidos, Demócratas de

Izquierda (DS) y La Margarita, concurren unidos en una

coalición llamada Lista Prodi, en la que no aparece Romano

Prodi, líder moral pero todavía presidente de la UE. Si

Berlusconi ha obviado los temas europeos, salvo para criticar

a la UE ("holgazanes", "lentos", "burócratas"), la galaxia

opositora ha centrado su campaña en la denuncia de la gestión

económica gubernamental y en el rechazo a la guerra de Irak,

exacerbado por la visita a Roma, mañana, de Bush.