« Il y a plus de racisme dans l’Europe à 25 »

Elecciones Europeas

La Unión Europea de los Veinticinco tiene un perfil más

racista y xenófobo

El informe sobre Derechos Fundamentales denuncia

discriminación contra gitanos y extranjeros

GABRIELA CAÑAS - Bruselas

EL PAÍS | Internacional - 11-06-2004

Los gitanos de la República Checa y Eslovaquia no tienen

derecho a votar en estas elecciones europeas. Los de Hungría

tienen 10 años menos de esperanza de vida que sus

conciudadanos. En Holanda, el 60% de los demandantes de asilo

son rechazados por procedimiento abreviado, y en Alemania, ni

siquiera los afganos o los iraquíes logran el estatuto de

refugiado. El Informe 2004 sobre los Derechos Fundamentales en

la UE, el primero que incluye a los 10 nuevos países, ofrece

un perfil más racista y xenófobo de Europa, con prácticas

inéditas en su mayoría contra extranjeros y gitanos.

El Informe sobre los Derechos Fundamentales en la UE lo

elaboran cada año expertos nacionales para la Comisión

Europea. El relativo a España deplora la reforma de la Ley de

Enjuiciamiento Criminal acometida en 2003 que permite mantener

incomunicado a un detenido durante 13 días. También destaca la

violencia doméstica, que ha costado 77 vidas de mujeres el año

pasado, y las discriminaciones que sufren los inmigrantes y

las minorías étnicas.

En el contexto general del informe de la UE, España, sin

embargo, apenas merece el reproche de los expertos a la hora

de hacer un recuento de las situaciones más denunciables. Y

ello a pesar de que son numerosas entre los viejos socios de

la Unión. En Austria se confina en viejas cárceles a los

demandantes de asilo; en Francia se ejerce la violencia

sistemática hacia los expulsados; en Bélgica los inmigrantes

irregulares pueden quedar retenidos de forma indefinida si no

cooperan en su repatriación. En Italia, Portugal y Suecia se

expulsa a los demandantes de asilo aunque hayan apelado contra

la expulsión.

Los nuevos socios abren el abanico de las actitudes xenófobas.

Los casos más preocupantes son los de Estonia y Letonia. En el

primer país, hasta 162.890 personas, el 12% de la población,

están consideradas "no ciudadanas" o apátridas sin derecho,

por tanto, a participar en las elecciones generales. En

Letonia tienen ese mismo estatus 494.319 personas, muchas de

ellas de origen ruso, de una población total de 2,3 millones

de habitantes. Los expertos señalan que los nuevos países de

la Unión están haciendo esfuerzos por resolver estas

situaciones, pero reconocen que amplían todavía la faz racista

y xenófoba de Europa.

El informe critica también algunos aspectos de las normas

europeas aprobadas durante el año pasado en la incipiente

política de Justicia e Interior de la UE. Consideran que los

tres años de plazo máximo recogido en la directiva de

reagrupación familiar para permitir la entrada de familiares

es "desproporcionado" y también critican que dicha directiva

permita a los países analizar las "condiciones de integración"

de los menores con más de 12 años para permitirles la

reagrupación.

Los gitanos viven en Europa en peor situación socioeconómica

que el resto de los ciudadanos con diversos tratos

discriminatorios. Ocurre, como señala el informe, en Reino

Unido (se rechaza previamente su entrada), en Grecia, España,

Suecia, Italia o Polonia, pero los expertos nacionales hacen

un llamamiento especial a que cese el acoso policial

permanente al que les somete Eslovaquia.

De la difícil situación que sufren en España, el informe

nacional destaca un dato espectacular: hay absentismo escolar

en el 70% de los gitanos de más de 14 años y el 90% de las

gitanas de esa misma edad.

La pérdida de libertades individuales en razón de la lucha

antiterrorista tras el 11-S se ha consolidado en Europa, dice

el informe. Especialmente preocupantes son las prácticas

británicas, como el encarcelamiento sin juicio, y las escasas

garantías procesales en Estonia, Chipre y Eslovaquia.

Los 10 nuevos países aportan a la Unión varias

discriminaciones contra otros colectivos. Así, por ejemplo, en

Hungría se separa a los presos que tienen sida, en Eslovaquia

se utilizan camas-celda para los enfermos mentales y el pasado

comunista es un obstáculo importante en la República Checa

para obtener un puesto en la Administración.