« Participer pour changer »

EDICIÓN IMPRESA - Política

Zapatero reclama la participación más alta de la UE para «continuar

el cambio»

Borrell endurece su discurso contra el PP en el último día: «No

dejéis que haya en Europa parlamentarios que pongan la zancadilla al

Gobierno de España»

GONZALO LÓPEZ ALBA/

MADRID. Primero en León, y más tarde en Madrid, el presidente del

Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero cerró la campaña del PSOE con

un llamamiento a «votar masivamente» para «continuar el cambio que

hemos empezado a construir» y dar a toda la Unión Europea «una gran

lección de europeísmo» con el más alto índice de participación.

«Lo vimos el 14 de marzo: el voto puede cambiar las cosas», subrayó

como mensaje de fondo para movilizar a los abstencionistas -la

principal preocupación de los socialistas desde el comienzo de esta

campaña-, que complementó una sutil apelación a la rebeldía frente a

quienes cuestionan «la limpieza y nobleza» de su triunfo en las

generales.

Su apelación la dirigió especialmente a los jóvenes, a los que

siempre ha reconocido como protagonistas decisivos del 14-M, con el

recuerdo de que «cumplí el compromiso más difícil: sacar las tropas

de Irak». A ellos les dijo que «cuando ordené el regreso de las

tropas, pensé ante todo en los miles y miles de jóvenes que lloraron

en las calles gritando «Paz y Gobierno escúchanos»», y, sobre todo a

ellos, aunque no sólo a ellos, les recordó que «por la paz hay que

votar cuantas veces haga falta».

Pero, como hiciera en la campaña de las generales, no fue el voto

joven el único que reclamó. «Pido el voto de todos los españoles,

nos votaran o no en marzo», porque «gobernamos para todos y no

sectariamente, como en otras épocas», dijo Zapatero, que no pudo

evitar apelar a sus raíces para proclamar que «la gente de León

tiene palabra y cumple, y así va a ser el presidente del Gobierno;

de un Gobierno que, siempre, siempre, escuchará y respetará a los

españoles».

Consejo de Ministros en León

No fueron estos mensajes lo único que recordó a la campaña de marzo.

Por primera vez en esta campaña, le acompañó su esposa, Sonsoles

Espinosa, y, como entonces, Zapatero puso la misma energía, desgranó

compromisos -en León, junto a otros más, que por primera vez en la

historia de España el día 23 se reunirá allí el Consejo de

Ministros; y, con carácter general, que «voy a ser muy duro» para

favorecer la plena integración de los discapacitados-. También trazó

la misma «línea roja» que entonces para diferenciar al PSOE y el PP:

«Nosotros pensamos en el futuro y ellos en el pasado; nosotros

hablamos desde la esperanza y ellos desde el rencor».

El presidente del Gobierno destacó que es un error pensar que estas

elecciones son «menos importantes» que las generales porque «en

Europa se deciden gran parte de las cosas que nos afectan», para

añadir a continuación que trabajar por la unidad de una Europa

«fuerte y de marcado contenido social» es «la mejor manera de

defender el interés nacional». Agregó que «la idea de Europa que

tiene el PP es imposible y negativa para España» porque «si Alemania

o Francia dijeran lo mismo que Mayor Oreja, no habría fondos de

cohesión».

«La peor cara de la derecha»

José Borrell, que encabeza la candidatura socialista, sorprendió por

la dureza de su intervención, en la que dirigió al PP los ataques

más duros de toda la campaña. Así, afirmó que «ya ni intentan

parecer de centro», que han mostrado «la peor cara de la derecha»,

que «no saben perder» y que «nos les importa un pimiento Europa,

sólo la revancha». Y su proclama última fue: «No dejéis que haya en

Europa parlamentarios que pongan la zancadilla al Gobierno de

España».

En Madrid, el PSOE contó con un «telonero» inesperado. El gaitero

José Hevia, que amenizó la espera, se felicitó porque haya «un

Gobierno que está trabajando ya por lo que más amamos: la paz».