« Vouloir sauver la constitution »

INTERNACIONAL

EDICIÓN IMPRESA - Europa

Irlanda convoca una reunión extraordinaria para salvar la

Constitución

Lo más probable será que la presidencia irlandesa de turno elabore

un documento de conjunto, que será puesto sobre la mesa de los jefes

de Gobierno

ENRIQUE SERBETO. CORRESPONSAL/

BRUSELAS. Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea se

volverán a reunir el próximo lunes en Bruselas, en la que será

probablemente la última oportunidad de preparar un acuerdo sobre la

Constitución para la cumbre de presidentes de Gobierno que se

celebrará en junio en la capital de Irlanda.

La presidencia de turno irlandesa ha convocado esta reunión

extraordinaria porque sigue teniendo indicios de que no es imposible

llegar a un compromiso, pero al mismo tiempo después de constatar

que en dos días de reuniones «a veinticinco» no ha salido nada

claro.

Es difícil distinguir entre las apreciaciones voluntaristas de los

que no quisieran ver a la Unión Europea tener que afrontar un

fracaso como el de diciembre, tras la presidencia italiana, de los

síntomas reales de avance en las negociaciones que pudieran existir.

El optimismo de Moratinos

En este sentido, no era lo mismo escuchar al ministro español Miguel

Ángel Moratinos, para quien «estamos en el comienzo de la verdadera

negociación, el proceso va bien y el método es el adecuado», que al

representante polaco, el viceministro Jan Truszczysnki, que ha dicho

que no apostaría «ni un zloty» (unidad monetaria polaca) por las

posibilidades de éxito.

Tampoco estaba contento ayer el representante francés, Michel

Barnier, que ni siquiera era favorable a convocar la reunión

extraordinaria para la semana que viene porque «no parece útil que

sigamos repitiendo cada uno sus puntos de vista», como sucedió en

las reuniones previas al Consejo Europeo de diciembre.

Cooperación reforzada a la carta

Ante esta situación, Francia ya no oculta sus amenazas de promover

la cooperación reforzada en los ámbitos que le convienen, para

llevar a cabo las políticas en las que no consiga un acuerdo

constitucional. «Estamos todos en la misma ruta -explicó el

canciller Barnier-, pero en ciertas condiciones algún grupo de

países puede tener la necesidad de ir más lejos y partir como

exploradores. Si no se puede hacer dentro de los tratados, esos

países podrían sentir la tentación de hacerlo fuera».

Lo más probable, por tanto será que la discusión desemboque en un

documento de conjunto, sin demasiada sustancia, elaborado por la

presidencia irlandesa y que será puesto sobre la mesa de los jefes

de Gobierno para que decidan si lo aceptan o no.

La palabra la tendrá entonces el presidente del Gobierno español,

José Luis Rodríguez Zapatero, que deberá adoptar en su primera

cumbre europea una de las decisiones más importantes para el futuro

de España.

Ayer, Moratinos dijo por primera vez con claridad lo que no resulta

aceptable para el Gobierno de Madrid: «Muchos creían que el actual

Gobierno español llegaría a Bruselas a aceptar la oferta de la

Convención y eso no es posible ni justificable. Venimos con otras

maneras y con otra actitud, ya veremos cuál es el resultado en la

negociación». Eso, veremos.