« Une majorité plus large »

INTERNACIONAL

EDICIÓN IMPRESA - Europa

Tibia acogida en la UE a la propuesta de Moratinos de subir la

mayoría calificada

La fórmula supone, a juicio de la Comisión Europea, «reducir las

posibilidades de acuerdo» en la toma de decisiones «y aumentar las

de bloqueo»

ENRIQUE SERBETO. CORRESPONSAL/

BRUSELAS. La propuesta española para el reparto de poder en la

Constitución europea ha sido recibida con tibieza, e incluso con

cierta «decepción» porque se ha considerado como una vuelta a las

posiciones de diciembre.

Desde todos los frentes se lanzan bienaventuranzas diciendo que hay

voluntad para que se apruebe la Constitución en la cumbre de junio,

pero da la impresión de que en lo que respecta a España no se deja

otra posibilidad de acuerdo que no sea que el Gobierno se pliegue a

la posición de Alemania y Francia.

Abierto rechazo

La Comisión Europea ha sido la primera institución que rechaza

abiertamente la idea lanzada por el ministro español de Asuntos

Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, de subir a dos tercios el umbral

de la mayoría calificada. Aunque esta institución ya no participa en

las negociaciones, su portavoz recordó que su misión «es defender

los intereses europeos».

La fórmula que propuso el ministro español supone, a juicio de la

Comisión, «reducir las posibilidades de acuerdo» en la toma de

decisiones «y aumentar las de bloqueo». El proyecto de Constitución

establece la mayoría calificada cuando estén de acuerdo el 50 por

ciento de los países y representen al menos el 60 por ciento de la

población.

La Comisión pretendía que fuera aún más simple, la mitad de países y

la mitad de la población, pero a regañadientes aceptó la fórmula

final. La de España, que eleva al 66,6 por ciento de la población el

bloque que debe formarse para aceptar una mayoría, sería muy difícil

de aceptar para muchos países. De hecho, esta idea fue puesta sobre

la mesa por el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar,

en la cumbre de diciembre, pero ni siquiera llegó a ser escuchada.

Aunque nadie lo reconoce oficialmente, España podría añadir ahora a

sus pretensiones la salvaguardia de que las minorías de bloqueo

deberían ser formadas por al menos cuatro países, para evitar que

tres grandes (Francia, Alemania e Italia, por ejemplo) pudieran

tener una especie de derecho de veto permanente.

Pero el canciller alemán, Gerhard Schroeder, y el ministro italiano

de Asuntos Exteriores, Gianfranco Fini, coincidieron ayer en que el

mecanismo de doble mayoría es ya «innegociable» y que los márgenes

en los que se pueden mover los umbrales «deben separarse lo menos

posible de la propuesta de la Convención». El presidente del

Gobierno español, Rodríguez Zapatero, tiene previsto entrevistarse

esta semana con su colega italiano, Silvio Berlusconi, aunque es

poco probable que consiga cambiar esa posición.

Algunos, como el eurodiputado popular Íñigo Méndez de Vigo, creen

que esta propuesta no ha sido más que un globo sonda «para ver

cuáles eran las reacciones y tomar la temperatura al debate».

Elecciones europeas

Méndez de Vigo, que participó como representante de la Eurocámara en

el Presidium de la Convención, piensa que el Gobierno socialista

«tal vez quería saber cual sería nuestra reacción pensando en las

elecciones europeas».

La respuesta del diputado popular ha sido «esperar los resultados y

si no quieren un acuerdo de Estado con nosotros, entonces que nos

digan qué han conseguido y ya veremos entonces cual es nuestra

posición.»